martes, 9 de febrero de 2010

Sólo mira y escucha Naturaleza...

El organismo humano es comparable a una fábrica
de productos químicos donde todo ha sido previsto
para un alto rendimiento.
Pero en las condiciones ordinarias de la vida
nunca alcanza su máxima capacidad,
porque sólo se usa una pequeña parte de su maquinaria
y esta no produce sino lo imprescindible
para su propia existencia.
Hacer trabajar a una fábrica de esta manera es
evidentemente antieconómico.
Si ahorrásemos la energía, entonces la totalidad del cuerpo,
todos los tejidos, todas las células se saturarían
de estos hidrógenos finos que gradualmente

se fijarían en ellos, cristalizándose de una cierta manera.
Esta cristalización de los hidrógenos finos
llevaría poco a poco al organismo entero
hasta un nivel más alto...()
Pero esto nunca puede suceder
en las condiciones ordinarias de la vida,
porque la fábrica gasta todo lo que produce.
“Aprended a separar lo sutil de lo grosero”.
Este principio de la “Tabla Esmeralda” de Hermes,
se refiere al trabajo de la fábrica humana...()

S.A.W.

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